Sazona las pechugas de pollo por ambos lados con ¼ cucharadita de la sal, el ajo molido y el jugo de limón. Déjalas marinar mientras prepares el resto de los ingredientes.
En un sartén profundo vierte el aceite vegetal hasta aproximadamente llenar la mitad del sartén. Caliéntalo en temperatura media alta por un par de minutos, (si estás usando un termómetro de cocinar calienta el aceite hasta que la temperatura suba a los 300°). Echa varias rueditas de plátanos y fríelas por 1 ó 2 minutos por cada lado. Usando una escurridera recoge los amarillos del aceite y colócalos sobre papel secante. Repite el proceso hasta terminar los plátanos. Si en algún momento el aceite se calienta demasiado, baja el calor de la hornilla unos minutos y cuando se controle vuélvelo a subir a medio. Tip: Nunca dejes el aceite vacío. Sumerge con la escurridera varias rueditas de amarillos crudos antes de sacar los que están listos.
En una parrilla de estufa o sartén calienta en calor medio alto una cucharada de aceite de oliva. Cocina las habichuelas verdes y el calabacín verde espolvoreados con ¼ de cucharadita de la sal y una pizca de pimienta fresca. Retíralos del sartén, añade la otra cucharada de aceite de oliva y coloca las pechugas de pollo. Cocina por 5 minutos a cada lado. Baja a calor medio y cocina por 3 ó 4 minutos adicionales a cada lado, hasta que la pechuga se sienta firme. Retira del calor y corta las presas en rodajas.
Combina la quinoa, habichuelas tiernas, calabacín verde, amarillos, maní, rábanos y rúcula en un bowl. Vierte un poco del aderezo y combina todo bien. Añade el pollo y más aderezo si deseas.
Aderezo
En un bowl combina todos los ingredientes excepto el aceite de oliva. Comienza a vertir el aceite de oliva poco a poco mientras vas agitando el resto de los ingredientes con un batidor de mano. Añade una pizca de sal y algunas gotitas de jugo de lima para ajustar el sabor de ser necesario.